6 DE ABRIL DE 1978. HOSPITAL DE CRUCES, BARACALDO (VIZCAYA) POLICÍA MUNICIPAL DE SANTURCE MANUEL LEMUS NOYA.
Policía municipal de Santurce Manuel Lemus Noya.
A media tarde 6 de abril de 1978, fallecía en el hospital bilbaíno de Cruces, el policía municipal de Santurce MANUEL LEMUS NOYA, al surgirle unas complicaciones pulmonares que derivaron en un paro cardíaco, tras ser víctima de una atentado terrorista, perpetrado por un comando de ETA, el 24 de febrero de ese mismo año, cuando fue alcanzado por dos impactos de bala en el pecho, en el camino de Regales, próximo al matadero municipal de Santurce.
Manuel Lemos Noya, se dirigía sobre las 5,40 horas de la madrugada, por el camino de Regales, para tomar el relevo en las dependencias de la Policía Municipal, cuando fue tiroteado por dos o tres individuos desde un coche SEAT 1500 negro.
La víctima quedó tendida en el suelo y fue recogida por un conductor de la RENFE, que se dirigía a su trabajo en su vehículo particular, que inmediatamente le trasladó a la clínica San Juan de Dios y posteriormente a la ciudad sanitaria de Cruces, donde quedó ingresado en estado crítico.
Presentaba dos heridas con orificio de entrada y salida. La primera bala le entró de bajo de la clavícula izquierda y salió por el hombro, después de afectar a la tráquea. La segunda entró por debajo de la mamilla izquierda y salió por la espalda.
Tras permanecer cuarenta y un días, la mayor parte en la unidad de cuidados intensivos, del hospital, Manuel Lemus fallecería el 6 de abril.
ETA reivindicaría el atentado que costó la vida a Manuel Lemus, en un comunicado en el que le acusaba de pertenecer a la organización de extrema derecha «Guerrilleros de Cristo Rey, algo era un falacia. Manuel Lemus, profundamente español, había pertenecido a la Guardia de Franco y era suscriptor de la revista Fuerza Nueva y había recibido ya amenazas telefónicas del entorno etarra.
Diversos incidentes se produjeron la noche de su funeral en la parroquia de San Jorge de Santurce. Unas 500 personas asistieron al acto religioso, de las cuales muchas portaban pegatinas con la bandera española e insignias de «Fuerza Nueva».
Entre los asistentes estaban miembros de la corporación y policías municipales de localidades de la zona.
Al comienzo de la homilía, cuando el oficiante manifestaba «nos hemos reunido aquí por la muerte de Manuel Lemus” fue interrumpido por un voz que gritó «asesinato»
En el momento de la consagración entraron en el templo dos mujeres que portaban dos banderas Nacionales y se colocaron en la parte delantera a ambos lados del altar.
El oficiante manifestó su deseo de que retiraran las banderas, por no ser costumbre en la iglesia, y fue increpado por una gran parte de los asistentes.
Al decir luego el sacerdote que “este lugar es de todos los cristianos”, otras personas le respondieron que de “los españoles”. El oficiante replicó que de “españoles y no españoles”, por lo que fue nuevamente abucheado y le gritaron si sólo deseaba que figurasen “ikurriñas”.
Con las banderas Nacionales en el lugar que habían sido colocadas, finalizó el acto religioso sin más incidentes.
Al salir de la iglesia se entonó el “Cara al Sol” y se dieron vivas a España, a la Guardia Civil, a Cristo Rey, y mueras, a «ETA» así como «Abajo Euskadi», «Abajo la democracia» “Gobierno culpable”.
A los gritos de «España», «España», un grupo se acercó al Ayuntamiento, situado enfrente de la iglesia, y solicitó que fuese colocada la bandera Nacional a media asta, pero al no hacerlo nadie un joven escaló la fachada y colocó una de las banderas que portaban en el mástil principal, entre los aplausos de los asistentes y gritos de “Ikurriña kampora” “Arriba España”.
Manuel Lemus fue enterrado en la localidad coruñesa de Puente del Puerto, donde había nacido. A su entierro asistió una nutrida representación de militantes de Fuerza Nueva de La Coruña, El Ferrol, Finisterre y Santiago de Compostela.
En 1982, la Audiencia Nacional condenó a 12 años de prisión, como cómplice del asesinato de Manuel Lemus a José Antonio Balgañón Bilbao, quien facilitó la pertinente información para cometer el atentado.
A día de hoy los asesinos del Policía Municipal Manuel Lemus, no han sido ni detenidos, ni juzgados al desconocerse su identidad. Esa es la colaboración de ETA con el “proceso de paz”.
Manuel Lemos Noya, de 47 años, era natural de Puente del Puerto (La Coruña) e ingresó en el cuerpo de policía municipal de Santurce hacía trece años. Desde hacía ocho vivía en el barrio de San Juan de Santurce.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.