6 DE ABRIL DE 1990. SAN SEBASTIÁN. MIGUEL PAREDES GARCÍA Y ELENA MARÍA MORENO JIMÉNEZ.
Miguel Paredes García.
A las 23:00 horas del 6 de abril de 1990 un matrimonio compuesto por MIGUEL PAREDES GARCÍA y su esposa ELENA MARÍA MORENO JIMÉNEZ, ambos consumidores de drogas, eran asesinados en San Sebastián, por un terrorista de ETA.
Elena Moreno Jiménez.
El hecho se produjo hacia las 11 de la noche. Miguel y Elena acababan de tomar una copa en el Bar Txiki de la parte vieja de la ciudad, situado en la calle San Lorenzo. Cuando salieron del local, fueron tiroteados por la espalda por un terrorista que huyó a pie.
Los disparos fueron realizados por la espalda y a escasa distancia, primero contra Miguel y después contra Elena. La pareja resultó muerta prácticamente en el acto. En el lugar se encontraron dos casquillos de bala del calibre 9 milímetros «Parabellum» marca habitualmente utilizada por ETA».
Miguel Paredes García fue alcanzado por dos disparos en la espalda, y su esposa, uno en el pecho, que recibió al darse la vuelta.
Un soldado de la Comandancia de Marina de San Sebastián, de nombre Marcos Javier Marcos Espiga, de 18 años y natural de Logroño, que en ese instante se encontraba en el interior de un bar próximo al lugar del tiroteo, recibió un bala perdida, que le produjo una herida por entrada de bala en el glúteo y salida por la ingle y tuvo que ser operado en el hospital de la Cruz Roja de San Sebastián.
La banda terrorista reivindicó el asesinato del matrimonio dos semanas después, a través de un comunicado enviado al diario proetarra Egin, en el que acusaba al matrimonio de estar relacionado con el tráfico de drogas.
Ninguna autoridad acudió al funeral por Miguel y Elena. El único que asistió fue el presidente del partido popular de Guipúzcoa, Gregorio Ordóñez, quien a la salida de la Misa manifestó a los medios de comunicación, con tristeza y pesar que "hasta en los muertos hay ciudadanos de primera y de segunda categoría, cuando los muertos son una pareja de desconocidos, como Miguel y Elena, no se ve a los políticos importantes por ninguna parte".
A día de hoy, los asesinatos de Miguel y Elena continúan impunes.