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HOY 6 DE MAYO:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

6 DE MAYO DE 1991. PASAJES (GUIPUZCOA) GUARDIA CIVIL FRANCISCO ROBLES FUENTES.


Guardia Civil Francisco Robles Fuentes.


A las siete de la mañana del día 6 de mayo de 1991, la organización asesina, marxista y antiespañola ETA, hacia estallar un bomba l colocada detrás de la garita de vigilada de una de las entradas al puerto de Pasajes (Guipúzcoa), causado la muerte al Guardia Civil FRANCISCO ROBLES FUENTES e hiriendo de gravedad a su compañero el Guardia Civil David Náñez Minguella.

 

El atentado ocurrió minutos antes de la siete de la mañana, cuando ambos agentes se incorporaban a su trabajo, en la puerta de entrada al puerto de Pasajes, situado en el barrio de Trincherpe. A esa hora, un vehículo Nissan de la Guardia Civil conducido por un sargento llevó a los dos agentes hasta el puesto de vigilancia y aparcó a unos 50 metros del mismo. Los dos Guardias Civiles se acercaron hasta la garita y procedieron a inspeccionarla en previsión de atentados.

 

Cuando el guardia civil Francisco Robles revisaba la parte trasera de la garita, situada junto a la pared de uno de los almacenes del puerto, la bomba, adosada al muro de hormigón del citado pabellón, estalló, alcanzándole de lleno la onda expansiva y causándole la muerte instantánea. Su compañero, el guardia civil herido David Náñez Minguela, natural de Olmedo (Valladolid), incorporado a su destino en Guipúzcoa hacía un año, sufrió diversas, heridas de gravedad y fue ingresado en el hospital "Nuestra Señora de Aránzazu", donde le fue amputado un tercio de la pierna de recha que había quedado prácticamente seccionada por la explosión. También fue sometido a una revisión oftalmológica, al tener dañados los ojos, y le fueron reconstruidas las estructuras lesionadas del rostro.

 

La explosión del artefacto, que contenía diez kilogramos de amonal,  fue de tal violencia que desplazó el cuerpo del agente a unos cuarenta metros del lugar, donde quedó tendido. Igualmente, la onda expansiva también desplazó 15 metros la garita, de un peso aproximado de 1.500 kilogramos y provista de cristales blindados de al menos dos centímetros de grosor. La bomba, fue activada por los terroristas desde una ladera cercana desde la que se divisaba perfectamente el lugar de los hechos, abrió en el muro de hormigón del almacén un boquete de 70 centímetros y dejó al descubierto los hierros del encofrado. La explosión afectó también al vehículo Nissan en el que habían sido trasladados los agentes, que resultó con los cristales rotos y agujeros y abolladuras en uno de sus costados, aunque el sargento y el agente que se encontraban en su interior no sufrieron heridas.

 

El funeral se inició al mediodía del día siguiente, en la  parroquia de la Sagrada Familia de San Sebastián, con la presencia de autoridades civiles y militares  como el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, el delegado del Gobierno en el País Vasco, José Antonio Aguiriano, Gobernador Militar de san Sebastián y la ausencia de miembros destacados del ejecutivo autónomo vasco.


El féretro, cubierto con  la bandera Nacional, fue trasladado a la iglesia desde la cercana sede del Gobierno Civil de Guipúzcoa a hombros de agentes de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía. Le precedían varias parejas de agentes que transportaban coronas y ramos de flores y, tras el ataúd, los padres del joven guardia asesinado y otros familiares. La madre, desfallecida, lloraba y llamaba constantemente a su hijo, y tuvo que ser ayudada a entrar en el templo por sus familiares, ya que era incapaz de caminar.

 

Concluidos los oficios, el féretro fue transportado a hombros de los compañeros del fallecido hasta el atrio de la iglesia, donde fue recibido por los asistentes con vivas a España y a la Guardia Civil. Una banda del instituto armado interpretó “La  Muerte no es el Final” y el himno de la Guardia Civil, tras lo cual el féretro fue trasladado a Valencia, ciudad donde recibió cristiana sepultura.

 

En 1994 la Audiencia Nacional condenó a cada uno de los miembros del grupo Ipar-Haizea de ETA, Sergio García Razquín, José Ignacio Echevarría Pascual, Alfonso Castro Sarriegui, José Arizmendi Oyarzábal, Miren Maitane Sagastume Arrieta y Javier Aramburu Muguruza, a 55 años de prisión por un delito de atentado con el resultado de muerte, y tres delitos de asesinato frustrado. En 1996 fue condenado a la misma pena el también etarra Ignacio Cañas Cartón, que fue quien fabricó el artefacto explosivo en su casa.

 

En 2013, al ser derogada la doctrina Parot por el tribunal de Estrasburgo,  abandonaron las prisiones donde se encontraban,  José Ignacio Echevarría Pascual, Miren Maitane Sagastume Arrieta y José Arizmendi Oyarzábal, la pareja de la también etarra Idoia López Riaño alias “La tigresa”, quien fue el único de todos ellos, que se arrepintió de sus crímenes.

 

En marzo de 2015, el etarra Alfonso Castro Sarriegui, condenado por diversos actos terrorista a 134 años de cárcel, abandonaba la  prisión gaditana de Puerto I, tras haber cumplido 24 años de reclusión.

 

En abril de 2015, Sergio García Razquín, salió en libertad tras cumplir 24 años de cárcel.

 

En septiembre de 2016, tras cumplir 25 años  cárcel de una condena de más de cien, por la participación en más de veinte atentados terroristas, entre los que destacaban tres asesinatos, entre ellos el del Guardia Civil Francisco Robles, el etarra Javier Aramburu Muguruza salía en libertad de la prisión de  Herrera de la Mancha en Ciudad Real.

 

Francisco Robles Fuentes, de 21 años de edad, era natural de Segura de la Sierra (Jaén). Hijo de guardia civil, había residido en Campanar (Valencia) desde su infancia. Llevaba destinado en San Sebastián seis meses. El Guardia Civil Francisco Robles Fuentes, tenía previsto viajar a Valencia para asistir a la primera comunión de una prima. Francisco Robles habló el do mingo con sus padres para felicitar a su madre con motivo del Día de Madre y confirmarles que había obtenido el permiso para estar con la familia el día de la comunión de su prima. La miserable ETA cercenó todos aquellos planes.

 

De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.

 

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