6 DE MAYO DE 2001.ZARAGOZA. MANUEL GIMÉNEZ ABAD, PRESIDENTE DEL PARTIDO POPULAR DE ARAGÓN.
Manuel Giménez Abad, presidente del partido Popular de Aragón.
En la tarde del 6 de mayo de 2001, un terrorista de ETA, asesinaba por la espalda en una calle de Zaragoza, a MANUEL GIMÉNEZ ABAD, presidente del partido Popular de Aragón.
Manuel Giménez Abad, abandonó sobre las cinco de la tarde la sede de su partido en Zaragoza y, acompañado por su hijo Borja, se encaminaba hacia el estadio de La Romareda para presenciar el partido que enfrentaba al Real Zaragoza contra el Numancia de Soria. Cuando iba por la calle Princesa, un joven se le acercó por la espalda y le descerrajó tres tiros que el alcanzaron en el abdomen y un tercero en la cabeza. Manuel Giménez cayó en la acera, donde pronto se formó un gran charco de sangre antes de que su hijo pudiera reaccionar.
Cuando llegaron las asistencias médicas, Manuel Giménez aún vivía, pero todos los esfuerzos para salvarle la vida fueron inútiles. Su muerte se produjo sobre las siete de la tarde. Los testigos que presenciaron el atentado, describieron al asesino como un joven de 25 años, de 1,70 metros, que vestía ropa deportiva azul y llevaba una gorra sobre una melena larga y morena. Tras disparar, huyó a la carrera por una calle adyacente, donde le esperaba una segunda persona, una mujer.
Hasta el domicilio del matrimonio Giménez se acercaron varios políticos, entre ellos la presidenta del Congreso de Diputados, Luisa Fernanda Rudi, que conocía personalmente a la víctima; el ministro del Interior, Mariano Rajoy, acompañado del secretario de Estado para la Seguridad, Pedro Morenés, y del director general de la Policía, Juan Cotino.
Al día siguiente en Jaca, se celebró el funeral por el alma de Manuel Giménez Abad, en una catedral completamente abarrotada en presencia del presidente del Gobierno, José María Aznar; el secretario general de los socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, autoridades civiles y militares y una extensa lista de políticos llegado de toda España, incluido el lendakari vasco Ibarreche, que fue abucheado por varios miles de personas, algunas de las cuales intentó agredirle y que tuvo que abandonar el templo protegido por la Policía Nacional.
Al finalizar el funeral, Manuel Giménez Abad recibiría cristiana sepultura en el cementerio de Jaca, en un ceremonia al que solo acudió su familia.
Poco después de las nueve de la noche de la plaza de España de Zaragoza una multitudinaria manifestación, bajo el lema “Por la libertad y contra el terrorismo”, encabezada por el presidente del Gobierno José María Aznar, flanqueado por la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, y por el secretario general del PP, Javier Arenas. Tras un extremo de la pancarta caminó el ministro del Interior, Mariano Rajoy, quien se incorporó tarde a la marcha.
Una salva de aplausos de los ciudadanos agradeció la presencia en la cabecera de la manifestación de Ana Isabel Larraz, la viuda de Manuel Giménez Abad, y de su hijo Borja, quien presenció cómo un etarra asesinaba por la espalda a su padre. Tanto Aznar como Rudi se interesaron en todo momento por el estado de Ana Isabel y Borja, quienes aguantaron con gran entereza a lo largo de todo el recorrido.
La banda asesina reivindicaría el atentado en un comunicado del que se hacía eco el diario Gara el 26 de julio de 2001.
Manuel Giménez Abad, de 52 años, era natural de Pamplona, aunque su infancia y adolescencia transcurrieron en Jaca. Estaba casado con Ana Larraz, y tenía dos hijos.
Giménez Abad estudió Derecho en Navarra e ingresó en el Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Ocupó varios cargos en la Administración y ejerció la docencia en el Instituto Aragonés de Administración Pública y en las universidades de Navarra y Granada. En la Diputación General de Aragón desempeñó diversos puestos hasta que, en septiembre de 1986, fue nombrado Letrado Mayor de las Cortes de Aragón. Elegido diputado a las Cortes de Aragón por el PP en las elecciones autonómicas de junio de 1999 y, posteriormente, senador en representación de dicha comunidad.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
A día de hoy, su asesinato continua impune.
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