6 DE SEPTIEMBRE DE 1983 HERNANI GUIPUZCOA. ARTURO QUINTANILLA SALAS. INDUSTRIAL HOSTELERO.
Arturo Quintanilla Salas.
En la madrugada del martes 6 de septiembre de 1983, la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en la localidad guipuzcoana de Hernani al industrial hostelero ARTURO QUINTANILLA SALAS.
Dos jóvenes, uno de ellos que vestía una cazadora oscura, gafas negras y llevaba el pelo corto y que viajaba junto a otro, en un coche oscuro, tras colocarse al lado del vehículo que conducía Arturo, un «Renault 18», realizó varios disparos sobre la víctima, al que alcanzaron en diversas partes de su cuerpo. La esposa y la hija de Arturo Quintanilla recibieron el impacto de varios cristales que se rompieron debido al tiroteo. Quintanilla Salas, su mujer y su hija mayor, de 15 años, se habían montado en el vehículo, después de cerrar el Bar “José Mari” propiedad de la víctima.
Arturo Quintanilla, fue objeto de cinco disparos, y resultó alcanzado por tres de ellos: dos en el corazón y uno en el abdomen, que resultaron ser mortales de necesidad.
El cuerpo malherido de la víctima fue recogido por una ambulancia de la Seguridad Social de Hernani, que lo trasladó a las de pendencias de este organismo en la localidad. Ante la gravedad de sus heridas, fue trasladado a la Residencia Nuestra Señora de Aránzazu de San Sebastián, donde ingresó cadáver.
La hija de Arturo Quintanilla manifestaría a los medios de comunicación que su padre había sido amenazado por ETA militar y que había recibido avisos de colocación de artefactos explosivos en el bar de su propiedad. Incluso aseveró que su padre había intentado en dos ocasiones, en la zona vasca francesa, pagar el impuesto revolucionario a la banda de asesinos, pero ningún miembro de ella se presentó en buscar el dinero, unos diez millones de pesetas.
Dos diarios de tirada Nacional pondrían en tela de juicio aquellas manifestaciones de la hija de Quintanilla. El diario ABC publicaría en sus páginas que la víctima no había podido pagar la cantidad exigida en concepto de impuesto revolucionario y que había intentado renegociar con ETA dicha cantidad, acudiendo por dos veces al sur de Francia sin poder contactar con ningún miembro de la banda asesina. La última cita fue dos meses antes del atentado, cuando el hostelero recibió una nueva carta de extorsión. Añadía ABC que Quintanilla, vinculado al Partido Nacionalista Vasco (PNV), había tenido algún cargo en los sindicatos verticales del régimen anterior, dentro de la rama de hostelería.
Por su parte el diario “El País” señalaría que el industrial hostelero había intentado engañar a ETA haciéndole creer que se encontraba arruinado, apuntando como motivo del asesinato el que ETA comprobó aquello era una falsedad y que Quintanilla no estaba arruinado, por lo cual dictó su sentencia de muerte.
Al día siguiente del atentado, a las siete y media de la tarde, se celebró el funeral por el alma de Arturo Quintanilla en Astigarraga, con la presencia del delegado del Gobierno en el País Vasco, Ramón Jáuregui, y representantes del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE). El pueblo de Hernani completamente dominado por Herri Batasuna, los amigos y cómplices de la banda, no movió un dedo en favor de la víctima ni de su familia,
En 1985 la Audiencia Nacional condenó a José Antonio Pagola Cortajarena como uno de los integrantes del grupo que acabó con la vida de Arturo Quintanilla Salas a más de 23 años de cárcel. El etarra salió de prisión en octubre de 2003, tras cumplir 19 años de los 78 totales a los que fue condenado por su actividad terrorista.
Por el asesinato de Arturo Quintanilla, el etarra Rosario Picabea Ugalde, alias “Errota”, fue juzgado y absuelto por la Audiencia Nacional, por falta de pruebas Había sido extraditado a España en noviembre de 1996, tras ser detenido en Francia junto a otro miembro de ETA, Iñaki Bilbao Beascoechea, alias “Iñaki de Lemona”, y el terrorista chileno Bernardo Mella Durán, cuando preparaban la a reorganización de la banda, tras la captura de la dirección etarra en Bidart.
Arturo Quintanilla Salas, natural de Burgos, aunque había vivido en Hernani desde que era niño. Tenía 44 años de edad. Estaba casado y era padre de tres hijos, una chica de 15 años, testigo del asesinato, y dos niños de 12 y 10 años.
A día de hoy, se desconoce quién o quienes asesinaron a Arturo Quintanilla, Su crimen sigue sin ser juzgado.
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