8 DE AGOSTO DE 1975. HERNANI (GUIPÚZCOA) AL GUARDA JURADO DEMETRIO LESMES MARTÍN.
Demetrio Lesmes Martín.
Poco después de las 14:25 horas del 8 de agosto de 1975, tres miembros de la banda terrorista ETA asesinaban a tiros en el barrio de La Florida de Hernani (Guipúzcoa) al guarda jurado DEMETRIO LESMES MARTÍN, que regresaba andando de su trabajo en Aceros y Fundiciones del Norte, de la empresa Orbegozo, S.A.
Cuando se encontraba a doscientos metros de su domicilio se le acercaron dos individuos que intercambiaron con Lesmes varias palabras. Uno de ellos sacó una pistola y le disparó tres tiros, provocando que Demetrio cayese al suelo gravemente herido. Cuando estaba ya en el suelo, el otro terrorista sacó una metralleta y lo remató efectuando veinte disparos. En el lugar del atentado se recogieron quince casquillos de bala.
Varios compañeros de la empresa al oír los disparos acudieron con rapidez en su ayuda, llevándole al ambulatorio de Hernani, que lo encontraron cerrado, decidiendo entonces trasladarlo a la residencia sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu de San Sebastián, donde ingresó cadáver.
Los etarras huyeron en un Morris donde les esperaba un tercer terrorista. El coche utilizado para cometer el atentado había sido robado en San Sebastián y se encontró abandonado en el paseo de los Fueros de la capital donostiarra.
El 15 de julio de 1975, Demetrio había sido objeto de un atentado similar del que milagrosamente había salido ileso. Lesmes Martín se dirigía en coche a la fábrica para incorporarse al turno de las diez de la noche, y los etarras le esperaron en una rotonda cercana al fabrica. En el instante en que Demetrio Lesmes entraba en la fábrica abrieron fuego contra él con una pistola y una metralleta desde las ventanillas del vehículo. Demetrio vio la maniobra terrorista y lanzo al suelo con rapidez salvando así la vida.
Demetrio Lesmes había comentado en repetidas ocasiones con sus compañeros que temía por su vida. Cuando asesinaron al conductor de autobuses Carlos Arguimberri y al taxista Francisco Expósito, La víctima, miembro del Movimiento Nacional, había recibido varias amenazas anónimas que había denunciado ante la Guardia Civil.
Demetrio Lesmes Martín, de 55 años, era natural de Sotoserrano (Salamanca). Estaba casado y tenía tres hijas de 25, 20 y 18 años. Desde 1946 trabajaba en la empresa Orbegozo S.A. El funeral por su alma se celebró el 9 de agosto en la parroquia de San José Obrero de Hernani, con la asistencia del ministro de Asuntos Exteriores, Pedro Cortina Mauri, del presidente de la Diputación, Juan María Araluce Villar y de Marcelino Oreja, consejero nacional del Movimiento y procurador en Cortes por Guipúzcoa.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
8 DE AGOSTO DE 1979. SONDICA. VIZCAYA. GUARDIA CIVIL ANTONIO NIEVES CAÑUELO.
Guardia Civil Antonio Nieves Cañuelo.
El miércoles 8 de agosto de 1979, a las doce y cuarto del mediodía, la banda terrorista ETA ametrallaba un Land Rover de la Guardia Civil que circulaba por una carretera de uso interior del aeropuerto vizcaíno de Sondica, provocando la muerte del Guardia Civil ANTONIO NIEVES CAÑUELO y graves heridas a otros dos guardias civiles, Juan Cortijo Durán y Benito Rodríguez Lara.
El Land Rover de la Guardia Civil estaba realizando el servicio cotidiano de vigilancia del aeropuerto. Antonio Nieves conducía el vehículo oficial de la Guardia Civil, y habían llegado al final de la pista de aterrizaje, a unos quinientos metros de la torre de control del aeropuerto, en un terreno correspondiente al municipio de Lujua (Vizcaya). A unos cincuenta metros, ocultos detrás de una tapia, escondidos esperaban dos terroristas provistos con fusiles de asalto. Los terroristas etarras -cuatro en total- habían secuestrado con anterioridad al encargado del cementerio británico, a su mujer y a una hija del matrimonio y les retuvieron en el interior de una capilla. reteniendo también a una monja y a dos jóvenes.
Dos de los etarras se encargaron de vigilaban a los rehenes, mientras los otros dos se colocaron detrás de la tapia del cementerio a la espera del paso del vehículo de la Guardia Civil. Al tener al Land Rover del Instituto Armada a una distancia de cincuenta metros, comenzaron dispararles de forma indiscriminada. Antonio fue alcanzado por varios de los disparos, y el vehículo, al perder el control dio una espectacular vuelta de campana, yendo a caer completamente destrozado, por un terraplén en el límite de la pista, quedando boca abajo y con el techo hundido sobre la zona del vehículo donde iba sentado Antonio.
Tras su criminal los terroristas huyeron con el coche particular del guarda del cementerio, un Seat 1430. En el lugar de los hechos se recogieron más de cincuenta casquillos de la marca Geco.
Las primeros auxilios llegaron del propio personal del aeropuerto, que trasladaron urgentemente a los tres guardias civiles al Hospital Civil de Basurto, donde Antonio ingresaría cadáver. Juan Cortijo Durán, natural de Navazuelas (Cáceres) y de 30 años de edad, y Benito Rodríguez Suárez, natural de Vega de Tera (Zamora) de 23 años de edad, consiguieron salvar la vida.
Antonio Nieves Cañuelo, de 23 años, era natural de Marmolejo (Jaén). Estaba casado y tenía dos hijos. La capilla ardiente se instaló en el cuartel de La Salve de Bilbao, donde al día siguiente se celebró el funeral por su alma. Tras finalizar éste, el féretro, cubierto con la bandera Nacional, fue sacado a hombros por sus compañeros y sus restos mortales fueron trasladados en un furgón a su pueblo natal, donde fue cristianamente sepultado.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
8 DE AGOSTO DE 2000. ZUMAYA (GUIPÚZCOA) JOSÉ MARÍA KORTA URANGA. PRESIDENTE DE LA PATRONAL GUIPUZCOANA (ADEGI)
José María Korta Uranga.
El martes 8 de agosto de 2000 la banda terrorista ETA asesinaba en Zumaya (Guipúzcoa) mediante la explosión de un coche-bomba aparcado junto a su vehículo al presidente de la patronal guipuzcoana (Adegi) JOSÉ MARÍA KORTA URANGA.
El día anterior al asesinato de Jose Maria Korta cuatro miembros de la banda terrorista ETA habían muerto en Bilbao al estallar el explosivo que transportaban en un vehículo cuando se dirigían a cometer un atentado. Se trataba de Francisco Rementería, Ekain Ruiz Ibarguren, Zigor Aranbarri Garamendi y Urko Gerrikagoitia Aguirre.
Korta Uranga salió de la empresa y, cuando se disponía a montarse en el automóvil, un etarra activó a distancia el artefacto explosivo alojado en un turismo aparcado junto al suyo. Los terroristas estaban apostados en algún lugar con suficiente visibilidad, posiblemente en la carretera ubicada al otro lado del río Urola. En el momento en que observaron que José María salía de la nave y se acercaba a su coche, accionaron el explosivo por medio de un mando a distancia. La deflagración fue tan potente que el coche bomba quedó partido en dos mitades, una de las cuales cayó hacia el río Urola. Además, la onda expansiva provocó algunos daños en la fachada de la factoría.
El vehículo del presidente de la patronal guipuzcoana estaba aparcado en batería,.Junto a él se encontraba estacionado el coche-bomba, un Fiat Tipo de color blanco, con matrícula de San Sebastián, que había sido robado cinco días antes, el 3 de agosto, en Legazpia. La víctima tenía la costumbre de estacionar su coche todos los días en el mismo lugar, justo enfrente de la entrada principal de la nave.
El empresario, gravemente herido y en situación de parada cardiorrespiratoria, fue socorrido por trabajadores de Mecanizados Korta y de otra empresa del sector situada en el mismo polígono industrial. Una de las primeras personas en acudir tras la explosión fue Javier Korta, hermano de la víctima. Posteriormente, facultativos de DYA trataron de reanimarlo, pero murió cuarenta minutos después de la explosión. El cuerpo del presidente de Adegi quedó tendido en el suelo a unos diez metros del vehículo, cubierto con una sábana blanca, hasta pasadas las cuatro de la tarde, cuando el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver.
En la empresa Korta S.A., dedicada a la fabricación de piezas de alta precisión (engranajes, rodamientos y otros elementos) trabajaban cinco hermanos del fallecido, además de dos de sus hijos y varios sobrinos. Aproximadamente la mitad de la plantilla, formada por sesenta personas, se encontraba trabajando en el momento del atentado. Los restos mortales de José María fueron llevados al Instituto Anatómico Forense de Polloe. Tras practicarle la autopsia, fue trasladado al Ayuntamiento de Zumaya, donde quedó instalada la capilla ardiente hasta la celebración del funeral al día siguiente.
En 2003 la Audiencia Nacional condenó a 25 años de prisión mayor a Ibon Etxezarreta Etxaniz, y a 27 años de prisión mayor a Pachi Javier Makazaga, por el asesinato de Korta Uranga.
En octubre de 2020 el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, concedía el tercer grado penitenciario al etarra Ibon Echezarreta, que se negó en julio de ese año de 2020 a colaborar e identificar en el juicio contra la sanguinaria dirigente de ETA, Soledad Iparraguirre, alias ‘Anboto’, en la Audiencia Nacional. El terrorista que sumaba 106 años de cárcel por tres asesinatos además del de Korta, los de que fuera gobernador civil de Guipúzcoa y militante del PSOE, Juan María Jáuregui y el empresario Santiago Oleaga tan solo tendría que dormir en la cárcel.
En 2022 Pachi Javier Macazaga Azurmendi abandonó el Centro Penitenciario de El Dueso en Santoña (Cantabria) siendo trasladado a la cárcel de San Sebastián donde se encuentra en estos momentos.
José María Korta Uranga, de 57 años, era natural de Cestona (Guipúzcoa), donde fue enterrado. Estaba casado con Marian Zearreta y tenía tres hijos. Era un gran aficionado al esquí y el ciclismo, y simpatizante del Partido Nacionalista Vasco, aunque no estaba afiliado a ningún partido político. Realizó estudios en el seminario de San Sebastián y había pasado temporadas en Suiza aprendiendo francés. En 1971 se incorporó a la empresa familiar Korta S.A., dedicada a la fabricación de piezas mecánicas de alta precisión. En 1994 fue nombrado presidente de la Asociación de Empresarios de Guipúzcoa (Adegi), cargo que ocupó hasta su asesinato.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
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