8 DE NOVIEMBRE DE 1984. CESTONA (GUIPÚZCOA), JUAN SÁNCHEZ SIERRO. ELECTRICISTA.
Juan Sánchez Sierro.
El jueves 8 de noviembre de 1984, a las 7:45 horas de la mañana, tres miembros de la banda terrorista ETA asesinaban al electricista JUAN SÁNCHEZ SIERRO en la localidad de Cestona (Guipúzcoa), disparándole tres tiros en la cabeza, uno de los cuáles le alcanzó en la nuca provocándole la muerte en el acto.
La víctima fue abordada, cuando paseaba a su perro por una calle de la localidad, por un individuo que le obligó tras preguntarle si él era “maixu txikia”–pequeño maestro– a lo que Juan respondió afirmativamente, a introducirse, junto con su perro, en un vehículo —un Renault S de color butano, que había sido robado minutos antes al vecino de Cestona Juan María Arregui Aguirre, quien, según relató a la Guardia Civil, cuando regresaba de su trabajo a sus domicilio, fue conminado a punta de pistola por dos individuos que dijeron er de ETA, a pasarse a la parte posterior del coche cuando se disponía a arrancarlo para ir a su trabajo.
Una vez secuestrado Sánchez Sierro, los autores del hecho se dirigieron, con los dos vecinos de Cestona, hacia el barrio de Airzana y, al llegar a una cantera cercana hicieron bajarse del vehículo a Juan Sánchez y a José María Arregui. A Arregui le obligaron a separase del vehículo e ir hacia unas rocas cercanas, siempre apuntado por uno de los terroristas, mientras que el otro asesino obligó a Juan Sánchez Sierro a caminar unos metros a continuación descerrajarle tres tiros a quemarropa, atravesándole la cabeza y causándole la muerte instantánea.
Juan María Arregui oyó entonces tres disparos y uno de los asesinos, tras preguntarle si Sánchez era el hijo de “Maitua”, -apelativo por el que conocían en Cestona al padre de Juan Sánchez, quien había sufrido un atentado por parte de otros pistoleros de la banda en 1977-, le dijo: “Ahí se ha quedado bien tumbado, por chivato y mentiroso”.
Los autores del atentado huyeron entonces en el Renault 5 y abandonaron en el lugar a su propietario, a quien advirtieron que diera cuenta de lo ocurrido a las nueve de la mañana, en el Ayuntamiento. El cadáver de Juan Sánchez quedó tumbado en el suelo y el juez ordenó su levantamiento aproximadamente cuatro horas después de su asesinato. Fue trasladado al depósito del cementerio de Cestona.
En el lugar de los hechos se recogieron tres casquillos de bala, marca SF y calibre 9 milímetros parabellum. Uno de estos casquillos, según fuentes policiales, tenía un sedal que había sido atado al cuerpo de Sánchez y que iba unido,por medio de unos cables, a un paquete. Los artificieros de la Guardia Civil se personaron en el lugar y tras provocar varias explosiones controladas, encontraron e inutilizaron un artefacto, escondido entre las piedras y compuesto por un kilo de Goma-2 y otro kilo de metralla en forma de tornillos.
ETA militar reivindicaría el asesinato de Juan Sánchez Sierro mediante una llamada telefónica a la Policía Municipal de Cestona e indicando dónde habían abandonado el cadáver del fallecido y que dieran aviso a la Guardia Civil. Acusaron a Juan Sánchez “de colaborar con las fuerzas de ocupación españolas".
Cinco años después del atentado, en 1989, la Audiencia Nacional condenaría a José Antonio López Ruiz, alias Kubati, a una pena de 30 años de reclusión mayor y a José Miguel Latasa Guetaria, alias Fermín, en concepto de cómplice, a una pena 20 años de reclusión menor.
En 2001 la Audiencia Nacional condenaría también por el asesinato de Juan Sánchez Sierro a los etarras, Miguel Ángel Gil Cervera, alias Kurika, e Ignacio Bilbao Beascoechea, alias Iñaki de Lemona, a penas de 42 años de cárcel por un delito de asesinato y otro de utilización ilegítima de vehículo a motor con toma de rehenes, sentenciándolos a cumplir 30 años de reclusión mayor. Ignacio Bilbao fue, según la sentencia, el autor material de los tres disparos que acabaron con la vida de Juan Sánchez Sierro.
En noviembre de 2013 Kubati abandonaba la cárcel de Puerto I, camino a la libertad, en medio de las protestas, insultos y zarandeos de un grupo de familiares de víctimas de la banda terrorista ETA. 'Kubati', condenado a penas que sumaban 1.210 años de cárcel, cumplió solamente 26 años de prisión por su participación en trece asesinatos consumados y 16 frustrados, se beneficiaria de la derogación de la 'doctrina Parot' , por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). No solo no se arrepintió de sus 13 asesinatos ni de sus otros 16 atentados frustrados, sino que se mostró siempre como un militante activo de ETA y siguió defendiendo el uso de la violencia para presionar al Gobierno.
En mismo año José Miguel Latasa Getaria salió en libertad en el mes de diciembre tras haber sido condenado a 477 años de prisión por varios asesinatos.
En junio de 2022 el Tribunal Supremo anulaba por falta de motivación la sentencia de la Audiencia Nacional, de 14 de octubre de 2020, que absolvió a los etarras José Miguel Latasa Guetaria, alias 'Fermín', y a José Antonio López Ruiz, alias 'Kubati', de un atentado que costó la vida a dos guardias civiles perpetrado el 26 de julio de 1986 en Arechavaleta (Guipúzcoa).
En mayo de 2009, Miguel Ángel Gil Cervera, alias Kurika, abandonó la cárcel de Zuera, en Zaragoza, en dirección a su domicilio de Pamplona, al decretar el juez prisión atenuada, esgrimiendo que padecía depresión con tendencia al suicidio.
Ignacio Bilbao Beascoechea, “Iñaki de Lemona”, salió en libertad de la prisión de Valdemoro (Madrid) el uno de octubre de 2020, tras cumplir 21 años de prisión. Había sido detenido en 1992 por la policía francesa. Tras pasar siete años en las cárceles francesas y fue enviado a España en 1999.
Ese mismo octubre de 2022 Bilbao Beascoechea, fue condenado a una pena de 74 años de cárcel por un atentado de 1983 en Villafranca de Ordicia (Guipúzcoa) en el que un guardia civil resultó muerto y otros dos heridos de gravedad. Sin embargo, el sanguinario Bilbao, alias Iñaki de Lemona, no entraría de nuevo en prisión al acumular esa nueva condena a las penas ya reunidas en el auto de 14 de diciembre de 2014 dictado por la Sección Segunda de la Audiencia Nacional, cuya condena ya fue extinguida por el acusado.
Juan Sánchez Sierro había nacido el 16 de septiembre de 1945 en Guadramino, provincia de Salamanca. Residía desde hacía muchos años en Cestona, estaba casado y tenía tres hijas. El padre de Juan, secretario del juzgado, tuvo que abandonar Vascongadas tras sufrir un atentado a manos de ETA, siete años antes de que asesinaran a su hijo.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
ความคิดเห็น