8 DE OCTUBRE DE 1982. PAMPLONA. ALBERTO TOCA ECHEVARRÍA.
Alberto Toca Echevarría.
El viernes 8 de octubre de 1982, un comando de la banda terrorista ETA asesinaba en Pamplona a ALBERTO TOCA ECHEVARRÍA, director de la mutua de accidentes de trabajo ASEPEYO.
Sobre la una de la tarde, los asesinos entraron, a cara descubierta, en la delegación de ASEPEYO de la capital navarra, situada en la calle Castillo de Maya. Tras dirigirse a una empleada que se encontraba en el mostrador y preguntar por Alberto Toca, Esta les indicó cual era el despacho del señor Toca. Se dirigieron hacia él, abrieron la puerta penetraron en su despacho preguntando: "¿tú eres Alberto Toca?", a lo que la víctima contestó que sí. Sin mediar palabra, los asesinos efectuaron cuatro disparos contra Toca, uno de ellos en la cabeza, que se desplomó sobre la mesa del despacho cayendo después al suelo. Allí los terroristas lo remataron con un quinto disparo.
Junto Alberto Toca se encontraba en ese momento en su despacho un médico de la entidad de seguros, quien le prestó los primeros auxilios, sin que pudiera hacer nada por salvarle la vida
Los autores del atentado se marcharon a pie, hacia la calle Paulino Caballero, y en su huida, según manifestaron testigos presenciales, tropezaron con una mujer, que cayó al suelo.
En la tarde del 9 de octubre se celebró el funeral por Alberto Toca en la parroquia de San Miguel de Pamplona, con la presencia del delegado del Gobierno en Navarra, Francisco Javier Ansuátegui, y el presidente del Parlamento, Víctor Manuel Arbeloa. El acto se desarrolló sin incidentes, pero con numerosos gritos proferidos al término del mismo contra ETA y en contra de la integración de Navarra en el mal llamado País Vasco.
Alberto Toca Echevarría, había nacido en la localidad navarra de Estella. Tenía 54 años de edad, estaba casado y era padre de siete hijos. Llevaba veinte años residiendo en Pamplona. Era delegado de Asepeyo desde 1962. Era también uno de los promotores y máximos impulsores del Asociación Navarra de Familiares y Amigos de Subnormales (ANFAS), por ser padre de un niño con deficiencia.
Alberto Toca había militado en la Comunión Tradicionalista, motivo esgrimido por los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CAA) para asesinarlo. En el comunicado de reivindicación enviado el 9 de octubre a la delegación del diario Egin en Pamplona, la banda terrorista señalaba a su víctima como "uno de los elementos más representativos de la extrema derecha españolista".
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a Alberto la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
El asesinato de Alberto Toca, a fecha de hoy, continúa impune.
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