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HOY 9 DE MAYO:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

9 DE MAYO DE 1978. PAMPLONA. GUARDIA CIVIL MANUEL LÓPEZ GONZÁLEZ.

Guardia Civil Manuel López González.


En la madrugada del 9 de mayo de 1978, a la altura de los jardines pamploneses de la Taconera, la banda terrorista ETA, hacía explosionar una bomba al paso de un vehículo de la Guardia Civil  El atentado ocurrió a la una menos cuarto de la madrugada del 9 de mayo  en el puente nuevo de la Avenida de Guipúzcoa, al hacer explosión un artefacto cuando pasaba un “jeep” de la Guardia Civil. Como consecuencia de la explosión, fue alcanzado el  Guardia Civil, MANUEL LÓPEZ GONZÁLEZ, que sería trasladado al hospital provincial donde fallecería.

 

Otros tres guardias civiles ocupantes del vehículo oficial sufrieron heridas de diversa consideración. EL guardia civil Agustín Hernández Martin de 31 años y natural de Villasbuenas (Salamanca), sufrió fractura con estallido de maléolo peroneo izquierdo, con pronóstico grave; el cabo 1º de la Guardia Civil Juan Díez Resano, de 29 años, natural de Carcastillo (Navarra) casado, fue atendido con contusión fuerte a nivel de un tercio superior externo de pierna derecha, con heridas punzantes y sin alteración neurovascular, de pronóstico menos grave, y Francisco López González, hermano de Manuel, natural de Cáceres de 27 años, casado y con un hijo, que resultó con fractura de maxilar.

 

El artefacto, que había sido colocado junto a una farola, en el mencionado lugar, hizo explosión al paso del vehículo de la Guardia Civil, cuando regresaban de un servicio habitual de vigilancia en la estación de ferrocarril.

 

La explosión arrancó la farola, levantó unos dos metros del cemento del bordillo de la calzada y abrió un boquete en el suelo de un metro de profundidad.

 

El artefacto fue accionado por un dispositivo eléctrico, y se utilizó un cable de unos 20 metros para explosionarlo a distancia. Era de tipo «hornillo» y contenía una carga de dinamita de unos cinco kilos. Junto con la carga había tuercas y metralla diversa.


Detrás del «jeep» alcanzado por la explosión circulaba un «Seat 127», en el que viajaban varios miembros de la Guardia Civil vestidos de paisano. Después de producirse el atentado éstos efectuaron varios disparos contra los autores de la explosión, que estaban en la zona alta del puente.

 

Instantes después de la explosión se vio abandonar rápidamente el lugar a unos individuos en una motocicleta de color azul de gran cilindrada, con matricula de San Sebastián

 

En el transcurso de la intervención quirúrgica a la que fue sometido Manual López se solicitó la presencia de un médico cardio-quirúrglco, dada la gravedad de las heridas, que se localizaban principalmente en el pecho. Pese a las transfusiones de sangre, Manuel López falleció alrededor de las seis de la madrugada.

 

El féretro de Manuel López, fue trasladado posteriormente  a la comandancia de la Guardia Civil de Pamplona, donde ha quedado instalada la capilla ardiente.


El 10 de mayo se ofició un funeral por el alma de Manuel López en la Iglesia de los Paules de Pamplona, con asistencia de unas tres mil personas. Asistieron al acto el padre y los hermanos del fallecido, el subdirector de la Guardia Civil el capitán general de la Sexta Región Militar, los gobernadores civil y militar, el vicepresidente de la Diputación, el rector de la Universidad, autoridades civiles y militares y mandos de la Guardia Civil de Pamplona.


Los constantes gritos contra «ETA» y vivas a España, la Guardia Civil y Policía se su cedieron hasta la llegada del féretro a la parroquia, que iba envuelto en la bandera nacional. .


Ofició la ceremonia religiosa el capellán castrense de la Policía Armada, quien fue ayudado por siete sacerdotes en la celebración.


El padre Arroyo se refirió en la homilía a que en su contacto con agentes de la fuerza pública éstos le preguntaban a él por qué los mataban. El capellán  dijo “que no lo hacían por Dios ni por España, porque no se puede morir por España cuando en nuestra capital un diputado es capaz de defender que Vascongadas deben ser nación independiente y nadie ha rechistado y nadie ha dicho nada”


Al finalizar, unas mil personas se manifestaron bajo la pancarta "No más muertos de ETA". Los manifestantes portaban banderas españolas y corearon gritos de "Unidad nacional" y "ETA cobarde". En la plaza del Castillo apedrearon la sede del PNV y en el Ayuntamiento exigieron que la bandera se pusiera a media asta.


A continuación, se inició una manifestación de más de dos millares de personas. Encabezaba la marcha una pancarta en la que se leía «No más amnistía para la ETA», y varias banderas de España y de Navarra con la laureada se desplegaron a lo largo de la marcha. La manifestación, fue dando continuos gritos de ”Unidad nacional», «ETA cobarde» “ETA al paredón” “ETA culpable, Gobierno responsable”  y vivas a España, a la Policía Armada y a la Guardia Civil, se dirigió, interrumpiendo el tráfico, hacia la Plaza del Castillo, donde se apedreó la sede del PNV, mientras varios integrantes de la misma rompían una pancarta que anunciaba una semana pro amnistía.


En la Plaza del Ayuntamiento se pidió la colocación de la bandera nacional a media asía en el balcón del Consistorio y grupos de manifestantes se adentraron en el casco viejo rompiendo con palos y porras las lunas de varios bares y establecimientos. Posteriormente hizo acto de presencia la fuerza pública, que fue aplaudida.  En la calle Estafeta, grupos de jóvenes con brazaletes con la bandera española arrancaron propaganda de grupos de extrema izquierda de las paredes, quemándola después en una hoguera.


Esos grupos se enfrentaron a otros de ideología separatista y proetarra, produciéndose gravísimos incidentes. Los abertzales se enfrentaron también a la Policía.


Un subteniente de la Guardia Civil y un policía armado, ambos vestidos de paisano, resultaron heridos en los enfrentamientos. El subteniente Juan Eseberri Chávarri, fue asaltado en la calle Chapitela, donde recibió numerosas puñaladas y patadas por parte de los proetarras. Recogido por un coche, que lo trasladó a la sala de urgencias de la Residencia Sanitaria. Tenía varias puñaladas en tórax, cuello y mano de las cuales  fallecería el 17 de mayo. También resultó herido en los incidentes el agente de policía José Martín, que fue atacado por un grupo provisto de barras y objetos contundentes con los que le produjeron diversas heridas y la fractura de una pierna.


Manuel López González tenía 23 años y era natural de Cáceres. Llevaba sólo un año en la Guardia Civil y se iba a casar el mes siguiente con su novia, natural de Pamplona.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió le  la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.


A día de hoy, el asesinato del Guardia Civil Manuel López continúa impune.

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