9 DE MAYO DE 1980. SANTURCE (VIZCAYA) POLICÍA NACIONAL ANTONIO MORENO NÚÑEZ.
Policía Nacional Antonio Moreno Núñez.
El 9 de mayo de 1980 ETA asesinaba en Santurce (Vizcaya) al Policía Nacional ANTONIO MORENO NÚÑEZ.
Antonio se dirigía a su domicilio en Bilbao tras terminar su jornada laboral en la comisaría de Santurce. El policía Nacional circulaba en su coche Seat-124, cuando a la altura de la calle Cervantes tres individuos encapuchados le dispararon a bocajarro con fuego cruzado desde un Seat-131, color blanco, que había sido sustraído a punta de pistola en el barrio de Repelega de la localidad vizcaína de Portugalete.
El atentado se produjo en un momento en que la calle se encontraba muy concurrida por coincidir con la hora en que se acostumbraba en Santurce a hacer el "chiquiteo»".
Antonio fue alcanzado por cinco impactos, uno de ellos en la cabeza. Su coche presentaba varios impactos de bala. Los disparos fueron escuchados por los miembros de una patrulla el Cuerpo Nacional de Policía que se encontraba cerca del lugar de los hechos Cuando llegaron, no pudieron hacer nada por su vida. En el lugar del atentado se encontraron numerosos casquillos de bala del calibre 9 milímetros ‘parabellum de marca no localizada.
El cadáver de Antonio Moreno quedó en el interior de su 124 hasta una hora después, en que llegó una ambulancia que lo trasladó al Hospital Civil de Basurto donde sólo se pudo certificar su defunción.. Más tarde el féretro fue trasladado al Acuartelamiento de la Policía Nacional en Basauri, donde se instaló la capilla ardiente. En ese lugar la familia recibió el pésame del General Sáez de Santamaría, del gobernador civil de Vizcaya, de numerosos jefes, oficiales y agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
El funeral en memoria de Antonio Moreno, se celebró, al día siguiente, en el acuartelamiento de la Policía Nacional de Basauri (Vizcaya) con la presencia del delegado especial del Gobierno en el País Vasco, general Sáenz de Santamaría, los gobernadores civil y militar de Vizcaya, otras autoridades y amplias comisiones del Ejercito, Policía y Guardia Civil. En el patio de acuartelamiento se hallaban formadas dos compañías de la Policía Nacional que rindieron honores.
“La Policía Nacional sois la porción más selecta de esta España castigada.”, dijo en la homilía el oficiante, que en otra parte de la misma afirmó: “Esta sangre todavía fresca de nuestro hermano Antonio es semilla de una España grande y unida”.
Concluido el acto religioso, y una vez interpretadas la marcha “La Muerte no es el Final” y el toque de oración, así como entonado por todos los presentes el himno de la Policía Nacional, el féretro de Antonio Moreno, cubierto con la Bandera Nacional, fue llevado a hombros por varios compañeros hasta un furgón fúnebre, que partió con destino al aeropuerto de Sondica para su posterior traslado, por vía aérea, hasta Málaga. De ahí, fue conducido por carretera a Gaucín, donde recibió cristiana sepultura.
Gaucín se llenó de luto y dolor. Todo el pueblo se encontró en la calle Queipo de Llano, 33, ante la casa de los padres de Antonio Moreno Núñez, donde se instaló la capilla ardiente con sus restos mortales. Entre la multitud de vecinos se hallaban presentes el gobernador civil de Málaga, José Estévez Méndez; Gobernador Militar General Puig Rioboo; alcalde de Gaucín, Luís Serrano Román; alcalde de Cortes de la Frontera, Fernando Arjona Carmona; Juan Zamora Baños, teniente coronel jefe de la Policía Nacional de Granada; Miguel Ángel Quesada Gómez, Comisario Jefe de la Policía de Málaga; Antonio Montero Martín, teniente coronel del Ejército de Tierra, y numerosos oficiales y suboficiales del Ejército, Policía y Guardia Civil.
La misa de "córpore insepulto" corrió a cargo del sacerdote gaucinense Jacobo del Real, capellán de la Policía Nacional, quién en la homilía manifestó la "condena y repulsa del terrorismo, ya que hay quién mata por el solo hecho de matar. Antonio cayó víctima del terrorismo como un héroe, cuando marchaba a cumplir el sagrado deber del servicio que tenía asignado por sus jefes, en defensa del orden y la paz." Antonio recibiría cristiana sepultura en el cementerio de su localidad natal. ETA reivindicaría la autoría de su asesinato a través de una llamada telefónica al diario Egin.
Antonio Moreno Núñez era natural de Cortes de la Frontera (Málaga). Tenía 24 años. Estaba soltero y desde hacía dos años que vivía en Bilbao junto a su madre, teniendo su destino en la Comisaría de Santurce.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a Antonio Moreno la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
El asesinato de Antonio Moreno Núñez, continúa a fecha de hoy, impune.
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