top of page
calinfernandezbara

HOY DÍA 26 DE JULIO.ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

26 DE JULIO DE 1986. ARECHAVALETA (GUIPÚZCOA). TENIENTE DE LA GUARDIA CIVIL IGNACIO MATEU ISTÚRIZ. GUARDIA CIVIL ADRIÁN GONZÁLEZ REVILLA.

Teniente de la Guardia Civil Ignacio Mateu Istúriz.


Sobre las ocho de la mañana del 26 de julio de 1986, la banda terrorista ETA asesinaba en Arechavaleta (Guipúzcoa) al teniente de la Guardia Civil IGNACIO MATEU ISTÚRIZ y al Guardia Civil ADRIÁN GONZÁLEZ REVILLA, mediante una bomba-trampa oculta entre la hierba en un campo próximo a la localidad guipuzcoana.

Guardia Civil Adrián González Revilla.


Esa madrugada, miembros de la banda habían lanzado dos granadas anticarro de carga hueca contra la casa-cuartel de la Guardia Civil en Arechavaleta, que no causaron ni daños personales ni materiales. La primera, lanzada a las 6:40 horas, quedó a una distancia de unos cincuenta metros del cuartel. Miembros de los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) del Instituto Armado acudieron a la zona a inspeccionar los alrededores y poco después encontraron, a una distancia de doscientos metros, la segunda de las granadas. Cuando inspeccionaban una zona de campo próxima al cuartel, estalló la bomba-trampa que alcanzó de lleno al teniente Ignacio Mateu y al guardia primero Adrián González, que falleció en el acto, pues la bomba le destrozó la cabeza. El teniente Mateu fue trasladado urgentemente en ambulancia al Hospital Ortiz de Zárate de Vitoria, pero no llegó a tiempo, falleciendo durante el trayecto al centro sanitario.


Horas antes de producirse estos atentados contra el cuartel de Arechavaleta, el cuartel de la Guardia Civil de Ordicia también fue objeto de otra acción terrorista que causó tres heridos leves que fueron atendidos en el mismo cuartel sin necesidad de que fuesen trasladados a ningún centro hospitalario. Una de las granadas penetró en un pabellón deshabitado que se encuentra en las proximidades del edificio, la segunda fue arrojada al patio del acuartelamiento, y las otras dos cayeron en un campo próximo.


Los funerales el teniente Mateu y el agente González se celebraron a las diez de la mañana del día siguiente en la base de los Grupos Antiterroristas Rurales en Logroño, donde quedó instalada la capilla ardiente.


Los familiares de ambos asesinados solicitaron que ninguna personalidad del gobierno estuviese presente durante los funerales y que los ataúdes estuvieran cubiertos con banderas Nacionales sin escudo. Sin embargo y en contra del criterio familiar estuvieron presididos por el director general de la Seguridad del Estado, por el director y subdirector de la Guardia Civil y por los delegados del Gobierno en Vascongadas, Navarra y la Rioja, además de distintas autoridades militares y civiles de la región. Los dos féretros quedaron cubiertos con Banderas Nacionales con el escudo y con los Tricornios encima.


El sacerdote oficiante capellán del Cuerpo José María López Tejada hizo numerosas referencias a los asesinados, destacando que “merece la pena ser guardia civil y merece la pena, en una sociedad conocida por el ansia de tener, poseer como como principal divisa el servicio y el honor, y como ideal, en medio de tanto materialismo, firmeza y constancia, valor y amor”. “La sangre vertida por Nacho y Adrián no han manchado sus uniformes, sino que han llenado de honor el de toda la Guardia Civil”.


Tras la interpretación del Himno Nacional y el de la Guardia Civil, los féretros, en medio de grandes aplausos y de muchos gritos contra el Gobierno y contra ETA, a hombros de compañeros fueron trasladados a la puerta del cuartel e introducidos en dos furgones que partieron hacia los lugares natales de los dos Guardias Civiles asesinados. Al salir los furgones funerarios cientos de personas que se encontraban en las inmediaciones del cuartel prorrumpieron en gritos favor de la Guardia Civil, así como vivas a España, Franco y Tejero. A la salida del director general de la seguridad del estado fueron lanzadas contra él varias monedas.


El cuerpo de Adrián González fue trasladado a Patencia y los restos del teniente Matéu fueron inhumados en el cementerio madrileño de la Almudena. Al igual que sucedió en Logroño, varios de los asistentes al entierro profirieron gritos contra ETA, el Gobierno y a favor del anterior Jefe del Estado.


El 9 de febrero de 2004 fue detenido en el sur de Francia el etarra Luis Enrique Gárate Galarza, alias Zorro, que participó presuntamente en el atentado en el que murieron el teniente Ignacio Mateu Istúriz y el guardia civil Adrián González Revilla. Condenado a 15 años en Francia, fue entregado temporalmente a España en marzo de 2010 para ser juzgado por diversos atentados cometidos en los años ochenta. En 2022 el gobierno del socialista Pedro Sánchez trasladó a Gárate desde el penal del Dueso en Santoña a una prisión de Vascongadas donde cumple ahora su condena.


El teniente Ignacio Mateu Istúriz, tenía 27 años de edad, era natural de Madrid y estaba soltero. Ingresó en la Guardia Civil en 1981, y desde tres años antes servía en los Grupos Antiterroristas Rurales, encuadrado en la unidad de Logroño. El teniente Mateu era uno de los siete hijos del magistrado suplente del Tribunal Supremo y último presidente del Tribunal de Orden Público, José Francisco Mateu Cánoves, asesinado a tiros por ETA el 16 de noviembre de 1978. El padre, que estaba amenazado por la banda desde antes de ser asesinado, le aconsejó que se alistara en otro cuerpo de las Fuerzas Armadas cuando Ignacio le comunicó que quería incorporarse a la Guardia Civil. Por no contradecirle, ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza. Tras el asesinato del padre, Ignacio solicitó una gracia especial al rey Juan Carlos, que le fue otorgada: pidiendo su traslado a la Guardia Civil que le destinaría a Vascongadas. El mismo día de su asesinato, el teniente Mateu iba a emprender viaje a Madrid, donde tenía previsto realizar un curso de idiomas durante dos años, causando baja temporal en su destino, pero al enterarse del ataque con granadas a los cuarteles de la Guardia Civil, Mateu aplazó su viaje.


Adrián González Revilla había nacido en Cillamayor (Palencia) el 23 de noviembre de 1957, por lo que tenía 29 años cuando fue asesinado. Desde cinco años antes pertenecía a la Guardia Civil, cuatro de ellos en los GAR. Pertenecía, igual que su superior el teniente Mateu, al cuartel de los GAR de Logroño. Sus restos mortales fueron inhumados en Palencia.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se les concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.


26 DE JULIO DE 1996. VILLAFRANCA DE ORDICIA (GUIPÚZCOA) ISIDRO USABIAGA ESNAOLA,

Isidro Usabiaga Esnaola.


Alrededor de las 4:30 horas de la madrugada del viernes 26 de julio de 1996, la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en Villafranca de Ordicia al empresario ISIDRO USABIAGA ESNAOLA, tras ser chantajeado, amenazado y acosado durante tres años por ETA y sus cómplices proetarras. El empresario fue tiroteado cuando regresaba a su casa después de haber estado cenando en la sociedad gastronómica a la que asistía con asiduidad para celebrar las fiestas patronales de la localidad.


Esa noche, Isidro Usabiaga se despidió de sus amigos pasadas las cuatro de la madrugada. La Policía sospecha que los autores del atentado siguieron al industrial durante buena parte de la noche, buscando el momento propicio para asesinarlo. Alrededor de las cuatro y media de la madrugada, cuando estaba en la calle Filipineta, se produjo el asesinato, a escasos metros de un local juvenil frecuentado por simpatizantes de Herri Batasuna y a unos cincuenta metros de su domicilio. El empresario recibió cinco impactos de bala -uno de ellos en la parte posterior de la cabeza, tres en el pecho y un quinto en la pierna-, que le provocaron la muerte prácticamente de forma instantánea. La Ertzaintza recogió cinco casquillos del calibre 9 milímetros parabellum, marca SF, en el lugar donde cayó abatido el industrial.


Tras su atentado, el empresario estuvo tirado en la calle hasta que un vecino descubrió su cuerpo tendido en el suelo en mitad de un gran charco de sangre, pero aún con vida, cuando faltaban pocos minutos para las cinco de la madrugada. Una ambulancia lo trasladó al ambulatorio de la localidad de Beasain, falleciendo durante el trayecto.


Instantes después del asesinato, se produjo un ataque contra la oficina de seguros que regentaba en la localidad la cuñada de la víctima, casada con Juan Lorenzo, un hermano de Isidro. Unos desconocidos rompieron con un tronco los cristales del local. Era la tercera vez que la agencia sufría ataques de los proetarras.


La familia Usabiaga había sufrido desde 1993 la presión de la banda terrorista que les exigía el pago del chantaje económico conocido como impuesto revolucionario. La banda les conminó a pagar 60 millones de pesetas, a lo que Isidro se negaba, "aunque lo matasen". Sin embargo llegó a abonar 10 millones a la red de extorsión que dirigía Carlos Almorza Arrieta, alias Pedrito de Andoain, desarticulada por la Ertzaintza en agosto de 1993, en una operación en la que se recuperó el dinero. Según la Consejería de Interior, Usabiaga no colaboró con la Policía autónoma en la desarticulación de esa red de extorsión de ETA. La consejería vasca sostuvo que el empresario había entregado al menos 10 millones a los terroristas e insertando también publicidad en el diario Egin.


Era la segunda vez que ETA había intentado asesinar a Isidro Usabiaga. Una semana antes, dos individuos robaron un coche a punta de pistola y obligaron al propietario a conducir hasta una zona próxima al domicilio del empresario conocida como Los Chalés. Algún problema hizo que la banda desistiera de atentar ese día y, tras dejar a los propietarios del vehículo atados a un árbol, abandonaron el coche en una calle de Ordicia.


En 2003 la Audiencia Nacional condenó a Carlos Almorza Arrieta, Pedrito de Andoain, a 4 años de reclusión menor por las amenazas vertidas contra Usabiaga en julio de 1993 para que pagase el chantaje económico exigido por la banda terrorista. En una de las conversaciones telefónicas que el empresario mantuvo con los terroristas amenazaron también a su hijo, y le dijeron que "al chaval igual le damos un susto". Almorza Arrieta dirigía desde Francia a un grupo de miembros de ETA que se encargaban de extorsionar a empresarios en el País Vasco.


En el año 2004, Pedrito de Andoain firmó, junto a Francisco Múgica Garmendia y otros cuatro presos de ETA, un escrito en el que pedía el abandono de las armas y el fin de la violencia. Por este motivo, la dirección de la organización terrorista lo suspendió de militancia en ETA el 9 de julio de 2005, al igual que hizo con el resto de los críticos. Almorza salió de prisión en diciembre de 2008.


Todos los partidos del Ayuntamiento de Ordicia, con excepción de Herri Batasuna, aprobaron en un pleno extraordinario el mismo día del asesinato de Usabiaga una moción de censura en la que expresaron su "más enérgica condena y repulsa" por el asesinato de Isidro Usabiaga.


Isidro Usabiaga Esnaola, nacido en Villafranca de Ordicia, tenía 52 años y tres hijos. Era miembro de una familia de siete hermanos que había creado con ellos un complejo empresarial con actividades en diversos sectores, como la construcción, el transporte o los seguros. Comenzó sus actividades empresariales con un almacén de piensos y después puso en marcha una empresa de grúas y transportes especiales.

4 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


Publicar: Blog2_Post
bottom of page