12 DE SEPTIEMBRE DE 1989. MADRID. CARMEN TAGLE GONZÁLEZ. FISCAL DE LA AUDIENCIA NACIONAL.
Carmen Tagle González.
Cuando pasaban algunos minutos de las tres de la tarde del día 12 de septiembre de 1989, la fiscal de la Audiencia Nacional CARMEN TAGLE GONZÁLEZ, de 44 años de edad, era asesinada en Madrid por tres individuos pertenecientes a la banda terrorista ETA.
Carmen Tagle había salido de la Audiencia Nacional en su vehículo particular, acompañada con la también fiscal y amiga, María Dolores Márquez de Prado,
Tras dejar a María Dolores en su domicilio, en la calle Pío XII, se disponía a entrar en el garaje de su domicilio en la calle Julio Palacios de Madrid. Regresaba de su trabajo en la Audiencia Nacional, donde ese día había intervenido en un juicio contra los etarras Miren Alicorta y Eleuterio Imaz.
Dos etarras, que resultarían ser los sanguinarios Henry Parot y Jacques Esnal, aguardaban en el interior de un vehículo aparcado en las inmediaciones. Mientras la fiscal esperaba a que se abriera la puerta del garaje, Parot, acercándose al vehículo de la fiscal, y a través de la ventanilla que se encontraba bajada, la disparó a bocajarro en la cabeza. Carmen Tagle recibió varios impactos de bala, uno de ellos en la nuca, y falleció en el acto. En el lugar de los hechos se recogieron siete casquillos del calibre 9 milímetros parabellum.
Inmediatamente después; los dos individuos volvieron a su coche, abandonando el lugar del asesinato. El coche utilizado por los terroristas fue localizado posteriormente en la calle de Ginzo de Limia, próxima al domicilio de Carmen Tagle. La Policía acordonó la zona en previsión de que el coche, con matrícula falsa, pudiera portar alguna carga explosiva. Sin embargo, tras ser volada la cerradura del capó del vehículo, se comprobó que el coche no portaba ninguna carga explosiva.
Carmen Tagle fue atendida por unos médicos que circulaban por la zona, muy cerca de su domicilio. Según uno de los médicos que la atendieron, la fiscal recibió al menos tres tiros en la cabeza y tenía el rostro destrozado.
El cuerpo de la fiscal, que estuvo tendido en la calle algo más de una hora, fue levantado por orden del juez de guardia y trasladado posteriormente al Instituto Anatómico Forense.
Una vez realizada la autopsia al cadáver de Carmen Tagle, su cuerpo fue llevado al Tribunal Supremo, donde quedaría instalada la capilla ardiente.
El funeral por Carmen Tagle, al que asistieron todos los representantes de la Justicia, de la Seguridad del Estado y del Ejército, y al que no se permitió el paso de los informadores, fue oficiado en el palacio de Justicia de Madrid, por Daniel Herráez y otros dos sacerdotes próximos a la familia de la difunta. En la homilía, el oficiante leyó el Evangelio de la Bienaventuranzas e hizo hincapié en la que dice “bienaventurado los defensores de la Justicia porque de ellos es el reino de los cielos”.
Después del funeral por Carmen Tagle, el ministro del Interior se reunió con el de Justicia, Enrique Múgica y el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Antonio Hernández Gil.
El 2 de abril de 1990 Henry Parot sería interceptado en un control rutinario de la Guardia Civil en instalado en Santiponce (Sevilla), del que etarra francés intentó huir, sin éxito, siendo detenido. Su coche, un Renault 14 iba cargado de explosivos con los que el terrorista pretendía atentar contra la Jefatura Superior de Policía de Sevilla.
Tras su detención Parot declararía ante la Guardia Civil, que la decisión de asesinar a Carmen Tagle estuvo directamente relacionada con el interrogatorio en Francia de José Antonio Urruticoechea Bengoechea, alias Josu Ternera, y Santiago Arrospide Sarasola, alias Santi Potros. A aquel interrogatorio, que tuvo lugar en mayo de ese año 1989, la fiscal Tagle había acudido acompañando al entonces juez de la Audiencia Nacional, el prevaricador y expulsado posteriormente de la justicia, Baltasar Garzón y al comisario Pedro Díaz-Pintado. Josu Ternera, que se negaría reconocer a la jurisdicción española y a declarar en español, y tan solo, mirando a Carmen Tagle pronunciaría una frase en el idioma del gran Cervantes, a contestación de la fiscal, que le preguntó si asesinar a un niño de dos años era su forma de luchar por la independencia: "Cuando hablemos de las torturas que practican contra nosotros en las cárceles españolas, entonces hablaremos de eso". Ante aquel desafío chulesco, Carmen Tagle acercándose al oído del comisario Gómez Pintado le comentó: “¡Valiente hijo de puta!". Seguidamente el etarra Ternera se volvió hacia Carmen Tagle dedicándole una mirada fría, de enorme odio y desprecio, según comentaría con posterioridad el hoy blanqueador de los terroristas Baltasar Garzón Real en el libro de Pilar Urbano, “El hombre que veía amanecer", editado por Plaza y Janés, en el año 2000.
Pese a estar amenazada, algo que había comentado con compañeros y amigos la semana antes a su asesinato, Carmen Tagle no disponía de escolta, algo que había sido criticado con dureza por varios jueces y fiscales al haber conocido documentos de la banda terrorista donde se especificaba la conveniencia de atentar contra jueces y fiscales.
En 1991 la Audiencia Nacional condenó a Henri Parot a 30 años de prisión como autor material del asesinato de Carmen Tagle. En 1997, Jacques Esnal fue condenado a cadena perpetua por el Tribunal de lo Criminal de París. En el año 2000, la Audiencia Nacional condenó, como inductor y cooperador necesario para cometer el asesinato, a Francisco Múgica Garmendia alias “Pakito” a los mismos 30 años que al autor material, Henri Parot. Múgica Garmendia no sólo suministró la información sobre los hábitos de la fiscal, sino que facilitó a los autores materiales el vehículo con el que cometieron el atentado. Durante la primera vista del juicio, Múgica Garmendia fue expulsado de la sala por dirigirse al tribunal y decirles que "para nosotros, todos vosotros sois Tagle".
Carmen Tagle González, tenía 44 años, era natural de Madrid y estaba soltera. Desde 1978 era miembro de la Carrera Judicial, Desde 1984 se encontraba destinada en el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Fue una mujer valiente que se opuso siempre a los beneficios que el ordenamiento legal podía otorgar a los asesinos de ETA.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
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