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Largo Caballero justificó el Alzamiento Nacional: las pruebas. Por Toribio.


Articulo aparecido en El Español Digital el día 7 del diciembre de 2021.


Hoy en día está meridianamente claro que con la torticera «memoria histórica» sólo se pretende ocultar la verdad de lo ocurrido en nuestro más reciente pasado. Lo que sucede es que si tiramos de archivos y documentos, esa pretensión se desmorona cual castillo de naipes; otra cosa es que la masa idiotizada trague tan repugnante sapo.

Edward Knoblaugh.


Hace poco el diario El Mundo publicaba un artículo titulado La entrevista perdida de Largo Caballero: «Habrá soviet en España en cuanto caiga Azaña» (AQUÍ) en la que aportaba algunos datos, ni mucho menos todos, de una entrevista que el periodista estadounidense Edward Knoblaugh, corresponsal del diario La Prensa de Nueva York –periódico que se editaba allí en español– publicó el 21 de Febrero de 1936, realizada a un «elevado personaje del partido socialista» que no era otro que quien aparecía en la fotografía del artículo, o sea, Largo Caballero, máximo exponente del PSOE de entonces, partido al que sin dudarlo, y junto con su correligionario Indalecio Prieto, había bolchevizado hasta extremos que ni el propio Lenin pudo nunca imaginar; no le fue difícil sino todo lo contrario dado el historial de tal partido desde su fundación.


El propio Knoblaugh, consciente entonces de la importancia capital que tenían las declaraciones de Largo Caballero, y no fiándose ni de él ni de sus adláteres, los cuales muy bien podían algún día negarlo todo, contó poco después en su libro «Corresponsal en España» (1937) lo siguiente: “Esta declaración era de lo más reveladora a la vista de lo que sucedería a continuación. Temiendo que si la reacción pública, ante tan sensacional declaración, era demasiado desfavorable, Francisco Largo Caballero la desmintiera, me aseguré de que no me quedaría en la estacada. Antes de enviarlo, sometí el cable que contenía la información a su propio visto bueno, en presencia de uno de sus lugartenientes, Máximo Fernández. Cuando Máximo, escritor comunista con conocimientos de inglés, confirmó mi traducción en castellano, Largo aprobó el texto de buen grado. Queriendo tomar más precauciones, le llevé a Largo un recorte de periódico donde aparecía su declaración traducida al español y publicada en primera página del periódico neoyorquino de lengua española La Prensa. De nuevo confirmó su aprobación”. (H. Edward Knoblaugh «Corresponsal en España» Nueva York, 1937. Madrid, 1967, pp. 20, 21.). Hay que reseñar, para más inri, que Knoblaugh tuvo que abandonar en 1937 España precipitadamente –o sea, la zona frentepopulista en la que ejercía su labor– por amenazas directas contra su vida; así de demócratas eran aquellos hoy tan alabados «demócratas».


Pues bien, para que nuestros lectores puedan beber de fuentes originales siempre que sea posible, lo que es nuestro empeño, y para que puedan formarse su propia y fundamentada opinión, les transcribimos a continuación el texto íntegro del artículo de Edward Knoblaugh que no tiene desperdicio, que es una joya, que está escrito por un periodista extranjero imparcial que vive la realidad de aquellos trágicos momentos de nuestra sufrida Patria, en el que no sólo en su primera parte nos aporta datos terribles de lo que ocurrió nada más llegar el Frente Popular al poder –mediante un pucherazo electoral antidemocrático monumental–, sino mejor aún nos traslada entrecomilladas las declaraciones de Largo Caballero el cual desvela sus objetivos que no eran otros que convertir a España en una república socialista soviética al servicio de la URSS, derribando la Constitución republicana y a la propia II República, ergo… justificando, sin darse cuenta, el Alzamiento Nacional cívico-militar única posibilidad de evitar tal traición y consiguiente destrucción y sometimiento, porque ¿quién, sea del país que sea, permanecería pasivo contemplando, fuera por propios o extraños, la destrucción de su nación y su sometimiento a una potencia extranjera? ¿Quién no se alzaría en armas para evitarlo si no hubiera otra posibilidad? ¿Quién, que no fuera un traidor?

Franco a su llegada a Tetuán.


Así también lo entendió y reflejó el Generalísimo en su bando desde Tetuán el 19 de Julio de 1936: «(…) La Constitución, por todos suspendida y vulnerada, sufre un eclipse total: ni igualdad ante la ley; ni libertad (…); ni fraternidad (…); ni unidad de la Patria, amenazada por el desgarramiento territorial, (…). La Magistratura, cuya independencia garantiza la Constitución, sufre igualmente persecuciones y los más duros ataques a su independencia. (…) ¿Es que podemos abandonar a España a los enemigos de la Patria, con proceder cobarde y traidor, entregándola sin lucha y sin resistencia? ¡Eso, no! Que lo hagan los traidores, pero no lo haremos quienes juramos defenderla».

"HABRÁ SOVIET EN ESPAÑA EN CUANTO CAIGA AZAÑA» “El socialismo exige ahora una dictadura proletaria” Largo Caballero asaltará el poder en cuanto esté dispuesto. — “Antes de cinco años España será soviética”.— Los socialistas anuncian que no apoyarán a Azaña a fondo.


Los líderes socialistas, que forman la vanguardia de los políticamente victoriosos liberales, predijeron esta noche la inminencia de un soviet española, al mismo tiempo que en varias partes del país, masas radicales celebrando el triunfo electoral de las izquierdas intentaban repetidamente incendiar templos, conventos y otros establecimientos religiosos, así como centros pertenecientes a los partidos de derechas vencidos en las elecciones generales del domingo último.


Un muerto más hubo que agregar a las víctimas causadas por la presente temporada de disturbios, que ya eleva su total a doce muertos y muchas docenas de heridos en toda la nación.

Intentonas desesperadas de incendiar iglesias y conventos habían sido reportadas desde Alicante, Valencia, Sevilla, Barcelona, Palma del Río y Villa del Río.


En Córdoba fue declarado el estado de guerra por las autoridades. En esos sitios los incendios fueron dominados sólo después de que fueran destruidas estatuas, imágenes y pinturas cuyo valor no ha sido todavía estimado.


Las autoridades eclesiásticas han permanecido en actitud pasiva, en la esperanza de que las manifestaciones antirreligiosas cesen una vez que el júbilo de las masas radicales se sacie. El obispo de Madrid, señor Elío, que había sido amenazado con ser procesado por el gobernador civil de Madrid, atribuyéndole instrucciones alarmistas a sus subordinados, negó haber ordenado a las religiosas y sacerdotes que habitan templos y conventos en esta diócesis, que se refugiaran en casas de particulares en previsión de atentados contra los establecimientos clericales.


Los primeros atentados contra templos fueron reportados en Valencia, donde los incendiarios trataron de poner fuego al Convento de la Encarnación, y en Sevilla, donde los incendios comenzaron en dos iglesias parroquiales. Otros dos templos de Alicante se salvaron por la llegada oportuna de la policía, que dispersó a los incendiarios.


Cerca de Barcelona, los extremistas bañaron en petróleo las puertas de la iglesia de Santa María de Sans, prendiendo fuego al edificio después de destrozar imágenes y cuadros y otros efectos sagrados en el interior del templo. El incendio fue al fin extinguido y seis individuos que fueron encontrados en las cercanías, sin razón satisfactoria de su presencia allí, fueron detenidos. Todos ellos llevaban revólveres.


En Barcelona el Círculo Tradicionalista fue invadido por grupos de izquierdistas que saquearon el local, quemando los muebles que no podían llevarse. En otros sitios de Cataluña se han repetido estos actos contra los círculos derechistas.

En muchas otras provincias, derechistas conocidos por sus ideas han sido atacados por los agitadores izquierdistas y agredidos.


La actitud socialista.


En medio de estas manifestaciones de poder de las izquierdas, la indicación de la actitud del partido socialista, que es el grupo más importante de las izquierdas y será la segunda minoría numérica de las próximas Cortes, ha causado enorme sensación.

Los líderes socialistas declararon que la victoria del frente unido de izquierda en los comicios y la subsecuente formación de un gobierno de izquierda, era sólo un escalón hacia el establecimiento de un soviet español.

Largo Caballero en un mitin


Declararon que tenían la esperanza de poder dar cima al plan de “una unión de repúblicas soviéticas ibéricas” antes de cinco años.


Un elevado personaje del partido socialista informó privadamente a la Associated Press que en ese plazo “sería derribada la presente democracia y quedaría ya perfectamente establecida la unión de repúblicas soviéticas de la península ibérica abarcando toda España, y posiblemente Portugal también”.

Los socialistas, según declaró esa personalidad, no tienen ya ahora el propósito de dar al señor Azaña y a su gobierno el mismo grado de colaboración que le concedieron durante sus gobiernos de la anterior etapa.

“El partido socialista, declaró el personaje entrevistado, entró en el frente de izquierdas y llevó al señor Azaña al gobierno, sólo como un medio expedito de asegurar la caída de la dictadura de derechas”. Pero ahora se propone el socialismo ya continuar enérgicamente hacia la obtención de su programa propio en toda su integridad.

“Lenine predijo que España sería el segundo Estado soviético de Europa. Y su predicción se ha aproximado enormemente a verse realizada con la victoria electoral izquierdista del domingo. La revolución de España es idéntica a la de Rusia. Nosotros colaboramos con los primeros gobiernos de Azaña porque el comité revolucionario se comprometió a ello. Pero ya no entraremos en más alianzas o compromisos con gobiernos burgueses en el futuro”.

Largo Caballero, sentado, primero por la izquierda con sombrero y un rifle, con un grupo de frentepopulistas.


El personaje socialista examinó en seguida la composición del cuadro político español del instante y dijo:“Largo Caballero y Azaña son contrafiguras de Lenine y Kerensky. Largo Caballero está convencido ya absolutamente de que la presente forma de la democracia española se derrumbará bajo el peso de su propia organización capitalista. Y Largo Caballero, como Lenine, espera sólo la caída del Kerensky español. Cuando el momento sea oportuno, Largo Caballero y el partido socialista están preparados para ocupar el poder, por la fuerza si fuera necesario”.


El señor Largo Caballero ganó hoy la distinción de ser el primer diputado electo en presentar sus credenciales en la secretaría de las Cortes.


Cuando entraba precipitadamente en el edifico del Parlamento, para ganar la carrera que tradicionalmente se disputa en las Cortes entre los diputados que reciben sus credenciales poco después de celebradas las elecciones, los líderes de su partido que le acompañaban volvieron a recordar la predicción comunista moscovita de que España sería la segunda república soviética de Europa.


El señor Largo Caballero, durante toda la campaña electoral que terminó con la victoria de las izquierdas, de las que es el grupo dominante el socialista, proclamó repetidamente que la alianza de su partido con la izquierda burguesa republicana habíase hecho meramente por conveniencias electorales. Pero que el programa definido del socialismo español no se sentiría debilitado después de que terminaran los escrutinios.


Por otra parte, durante la campaña, especialmente en los últimos días de ella, Largo Caballero negó frecuentemente hablando en los mítines en que ocupaba la plataforma con otros candidatos de izquierda, que una victoria de éstas significaría la revolución, a pesar de que sostenía que su partido no variaba ni variaría en lo más mínimo su programa». (Edward Knoblaugh, corresponsal de La Prensa (Nueva York) publicado el 20 de Febrero de 1936)



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